lunes, 3 de noviembre de 2014

Indicador de desempeño 4.2

Existen algunos productos a los que estamos acostumbrados a usar diariamente, sin embargo, muchos de ellos son innecesarios, generan grandes cantidades de residuos, tóxicos y además consumen energía innecesariamente.
Al aumentar la población y la cantidad de energía usada por cada persona, el total de demanda de energía ha aumentado a un ritmo muy rápido. Esto se refleja en la contaminación del aire causada por las chimeneas de las fábricas y plantas generadoras que queman combustibles y por el escape de los automóviles.
La contaminación es un cambio indeseable en las características físicas, químicas o biológicas de nuestro aire, nuestra tierra y nuestra agua que puede afectar o afecta a la vida humana o de especies deseables; o que puede agotar o deteriorar nuestros recursos de materias primas.
Contaminantes son residuos de las cosas que hacemos, usamos o desechamos. La contaminación aumenta no solo porque al aumentar la población se hace menor el espacio a disposición de cada persona, sino también porque las demandas por persona están aumentando continuamente, de modo que cada una arroja a la basura cada vez más año tras año.
Residuos tóxicos:

Se denominan residuos tóxicos y peligrosos a aquellos que contienen una serie de sustancias, y en unas cantidades tales que suponen un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Las sustancias y las cantidades consideradas nocivas son establecidas por la legislación medioambiental de cada país o de cada comunidad autónoma.
Los efectos de los residuos tóxicos dependen de la cantidad, del ritmo de liberación y del tiempo de permanencia en el medio ambiente. Entre los más frecuentes podemos citar: metales pesados, como el arsénico, el cadmio, el plomo y derivados, los biosidas y los compuestos farmacéuticos. También se consideran peligrosos los productos inflamables y los explosivos, y aquellos que pueden generar sustancias tóxicas aunque ellos mismos no lo sean.
 La gestión de los residuos peligrosos o tóxicos (tratamiento y almacenaje) es uno de los problemas más graves que tiene planteada la sociedad, y en ocasiones de difícil solución, ya que para muchos de ellos no existe actualmente un tratamiento de neutralización adecuado y siguen siendo peligrosos durante años. La posibilidad de almacenarlos en depósitos de máxima seguridad se enfrenta siempre a la oposición de los ciudadanos a quienes afecta directamente la instalación.












Plástico:
A pesar de sus maravillosas propiedades en el campo de la industria, el plástico es hoy un material altamente contaminante y tóxico para el medio ambiente.
Los plásticos son materiales o elementos sintéticos, derivados generalmente del petróleo, que poseen grandes cualidades aplicables en muchos campos de la industria. El plástico, el invento estrella del siglo XX, cuyo ingrediente esencial es una macromolécula orgánica llamada polímero.
















Los productos se pueden dividir en dos grupos:

Residuos orgánicos:
Son biodegradables (se descomponen naturalmente). Son aquellos que tienen la característica de poder desintegrarse o degradarse rápidamente, transformándose en otro tipo de materia orgánica. Ejemplo: los restos de comida, frutas y verduras, sus cáscaras, carne, huevos.














Residuos no orgánicos (o inorgánicos):
Son los que por sus características químicas sufren una descomposición natural muy lenta. Muchos de ellos son de origen natural pero no son biodegradables, por ejemplo los envases de plástico. Generalmente se reciclan a través de métodos artificiales y mecánicos, como las latas, vidrios, plásticos, gomas. En muchos casos es imposible su transformación o reciclaje; esto ocurre con el icopor, que seguirá presente en el planeta dentro de 500 años. Otros, como las pilas, son peligrosos y contaminantes.


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